El presidente Donald Trump celebró este sábado su cumpleaños 79 y presidió un desfile que celebró la historia militar de Estados Unidos, aunque el evento se vio ensombrecido por la violencia política en el país y la escalada de tensiones en el extranjero. "Todos los demás países celebran sus victorias", dijo Trump al subir al podio tras el desfile. "Ya era hora de que Estados Unidos también lo hiciera. Eso es lo que haremos esta noche". Trump, propenso a pronunciar discursos largos y jactanciosos, mantuvo sus comentarios breves y centró su atención en las fuerzas armadas. Previamente, sus críticos habían advertido que politizaría el evento para sus propios fines. Pero el presidente evitó cualquier mensaje partidista manifiesto. La procesión, con más de 6,000 soldados y 128 tanques del Ejército, fue algo que Trump intentó realizar en su primer mandato después de ver un evento similar en París en 2017, pero los planes no se concretaron sino hasta este año, cuando se agregó a la celebración del 250 aniversario del Ejército. “El Ejército nos mantiene libres y nos hace fuertes”, dijo Trump. El presidente también intentó proyectar la fuerza de Estados Unidos como advertencia a sus adversarios globales. “Una y otra vez, los enemigos de Estados Unidos han aprendido que si amenazan al pueblo estadounidense, nuestros soldados irán tras ustedes”, afirmó. “Su derrota será segura. Su desaparición será definitiva y su caída será total y completa”, indicó. “Nuestros soldados nunca se rinden, nunca se entregan y nunca abandonan”, añadió Trump. “Luchan, luchan y luchan, y ganan, ganan y ganan”. [La mayoría no aprueba el uso de fondos públicos para el desfile militar] Más adelante en su discurso, el presidente volvió a dar las gracias a las tropas y a los veteranos, y dijo a la multitud que, gracias “a su extraordinario servicio y devoción, 250 años después, Estados Unidos se mantiene erguido, Estados Unidos se mantiene orgulloso y Estados Unidos se mantiene libre”. En varias ocasiones, Trump se levantó y saludó mientras las tropas marchaban frente a la tribuna. Sin embargo, la asistencia pareció estar muy por debajo de las predicciones iniciales de que hasta 200,000 personas asistirían al festival y desfile. Había grandes espacios entre los espectadores cerca del Monumento a Washington en un día en que el clima bochornoso y la amenaza de tormentas eléctricas podrían haber reducido la asistencia. Día de protestas y guerra en Oriente Medio La aparición de Trump en el estrado de revisión al sur de la Casa Blanca coronó una jornada desgarradora en el que una legisladora estatal de Minnesota y su esposo fueron asesinados, y otro legislador demócrata y su esposa resultaron heridos, en lo que las autoridades llamaron un ataque "motivado políticamente". Mientras tanto, en Oriente Medio estalló una guerra entre dos antiguos enemigos, Irán e Israel. Y, para distraer aún más del desfile que Trump anhelaba desde hacía tiempo, manifestantes de todo el país se manifestaron contra el espectáculo, acudiendo por decenas de miles en Nueva York, Philadelphia, Los Ángeles y otras ciudades. [Se dispara la desinformación en español sobre las protestas en L.A.] Un grito de guerra de dos palabras animó las manifestaciones: "¡Sin reyes!". El clima en Washington D.C. tampoco cooperó del todo. El viento arreció y comenzó a caer una ligera llovizna justo cuando los tanques estaban a punto de partir. El desfile debía comenzar a las 6:30 p. m., hora del este, pero se adelantó media hora debido al clima, según informó un funcionario del Servicio Secreto. Los tanques del Ejército, con sus orugas chirriando contra el pavimento, avanzaban lentamente por la Avenida Constitución bajo una llovizna intermitente. Cientos de personas seguían haciendo fila, incluso cuando el desfile estaba a punto de terminar dos horas después. Algunos de los sobrevuelos previstos tuvieron que cancelarse. Aun así, la multitud reunida en el National Mall miraba con admiración los helicópteros que sobrevolaban en formación. [Reportan que Trump ordenó frenar las redadas de ICE en hoteles, restaurantes y campo] El Aeropuerto Nacional Reagan de Washington, D.C., detuvo todas las salidas y llegadas de vuelos durante varias horas debido al desfile militar. Previo al desfile, la gente paseaba entre los monumentos, algunos con camisetas con la bandera estadounidense, otros con las gorras distintivas de Trump con el lema "Make America Great Again". Se instalaron enormes pantallas de video para que la multitud tuviera una mejor vista. La seguridad fue especialmente estricta en medio del explosivo ambiente político. Francotiradores se apostaron en los edificios a lo largo de la ruta del desfile, y se revisó a quienes entraban al Mall para comprobar si llevaban armas. Larry Stallard, un piloto retirado de American Airlines, viajó a Washington desde Kansas City para el fin de semana “para ver al Ejército y ver a Trump”. Stallard, quien votó por el republicano, dijo que era “difícil de creer” que la gente esté molesta por el costo del evento cuando “gastan eso en 10 segundos en cosas que ni siquiera necesitamos”. Doug Haynes, un veterano de la Marina que votó por Trump, asistió al festival para celebrar el aniversario del Ejército, pero dijo que el desfile “era un poco exagerado”. [Israel e Irán intercambian ataques aéreos en el segundo día de escalada militar] Señalando un tanque cercano, dijo que hacerlos rodar por las calles es una “declaración muy audaz para el mundo, quizás”. El desfile se agregó hace apenas unas semanas a los planes de celebración del aniversario del Ejército, y ha generado críticas por su costo de hasta 45 millones de dólares y la posibilidad de que los pesados tanques pudieran dañar las calles de la ciudad. El Ejército tomó distintas medidas para proteger las calles, como la colocación de placas de metal a lo largo de la ruta. Aproximadamente 6 de cada 10 estadounidenses dicen que el desfile del sábado “no es un buen uso” del dinero del Gobierno. La gran mayoría de personas, el 78%, dijo que ni aprueban ni desaprueban el desfile en general, según una encuesta del Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos y The Associated Press. Kathy Straus viajó desde Richmond, Virginia, para asistir al desfile, llevando un cartel para criticar su costo y argumentando que el dinero podría haberse utilizado para alimentar a los veteranos. “Pensé que sería más efectivo venir aquí que ir a una protesta con personas que piensan de manera similar a mí”, dijo Straus. [Buscan al sospechoso del asesinato de una legisladora y su esposo, y el ataque a un senador de Minnesota] El desfile recorrió la Avenida Constitución, que fue rodeada con vallas de seguridad y barreras. En un sobrevuelo de aviones militares pudieron verse aeronaves de la era de la Segunda Guerra Mundial, entre ellas un bombardero B-25 Mitchell, y varios helicópteros del Ejército volaron a baja altura sobre la multitud, por debajo de la cima del Monumento a Washington. Los soldados montados de la 1ra División de Caballería también hicieron una aparición; alguna vez, los caballos tuvieron un papel crucial en la guerra, pero hoy día se utilizan principalmente en eventos ceremoniales, como el desfile de hoy. Trump también tomó juramento a 250 nuevos reclutas y soldados reenlistados. “¡Bienvenidos al Ejército de los Estados Unidos! Y tengan una gran vida”, les dijo Trump. El cantante de música country Warren Zeiders hizo una presentación, al igual que el cantante de “God Bless the U.S.A.” Lee Greenwood. El evento culminó con un espectáculo de fuegos artificiales. *Con información de Associated Press y NBC News