El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, dijo este miércoles, tras reunirse con el secretario de Estado, Marco Rubio, que aceptará a migrantes de otros países que sean deportados de Estados Unidos.
Según el acuerdo de “tercer país seguro” anunciado por Arévalo, los deportados serán luego retornados a sus naciones de origen a expensas de Estados Unidos. Guatemala ha aceptado además incrementar un 40% los vuelos de deportación recibidos de EE.UU.
La inmigración, una prioridad del Gobierno de DonaldTrump, ha centrado el primer viaje al extranjero de Rubio como el principal diplomático de EE.UU., una gira de cinco países por Centroamérica.
En El Salvador, anunció un acuerdo similar pero más amplio, que incluía una oferta para aceptar a ciudadanos estadounidenses encarcelados en Estados Unidos por crímenes violentos, algo que Trump dijo que estudiará pese a las dudas sobre su legalidad.
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Bukele “ha accedido al acuerdo migratorio más extraordinario en cualquier parte del mundo”, dijo Rubio, según reportó The Associated Press el pasado domingo. “También se ha ofrecido a hacer lo mismo con los criminales peligrosos actualmente bajo custodia y cumpliendo su condena en Estados Unidos, aunque sean ciudadanos estadounidenses o residentes legales”, dijo el secretario de Estado, tras casi tres horas de reunión con Bukele en la finca que el mandatario salvadoreño tiene en el lago de Coatepeque.
Arévalo, un progresista e hijo de un presidente a quien se le atribuye el establecimiento de gran parte de la infraestructura de seguridad social en Guatemala, dijo a la agencia de noticias The Associated Press en enero que el acuerdo de "tercer país seguro" de su predecesor con Trump era "absolutamente inapropiado" y que se debe adoptar un enfoque más regional para abordar la inmigración.
Guatemala ha cooperado con Trump en las últimas semanas al recibir vuelos civiles y militares con migrantes deportados. Pero las deportaciones masivas prometidas por el presidente afectarían significativamente al país centroamericano, ya que las remesas representan cerca de una quinta parte del producto interno bruto.
Las detenciones de miles de migrantes en varias ciudades de Estados Unidos han dejado al Gobierno con el problema de hallar un lugar para albergarlos, pues el servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) tiene limitaciones de espacio en sus centros de detención que, según informó NBC News este martes, se encuentran al 109% de su capacidad. La falta de espacio provocó que algunos migrantes arrestados fueran liberados de nuevo en territorio estadounidense bajo un programa de monitoreo.
En todo el país, ICE tiene cerca de 40,000 plazas en sus centros. El Gobierno había dicho que planeaba utilizar la base naval en la bahía de Guantánamo, en Cuba para albergar a otros 30,000 detenidos. Y este martes la Casa Blanca promocionó el primer vuelo que llevaba migrantes ahí: 10 presuntos miembros del Tren de Aragua.