Por Colleen Barry – The Associated Press
Más de 250,000 personas dieron su último adiós al papa Francisco durante tres días de velorio público para fieles, líderes religiosos y políticos, que finalizó este viernes, cuando fue cerrado el ataúd antes de su funeral de Estado en la plaza de San Pedro y su entierro en una basílica fuera de los muros del Vaticano.
Líderes mundiales, entre ellos el presidente, Donald Trump, que que viajó con la primera dama, Melania Trump, y llegó este sábado a Roma, y el presidente de Argentina, Javier Milei, junto con miembros de la realeza, se darán cita para el funeral. Pero el grupo de personas que recibirá su féretro en una pequeña basílica al otro lado de la ciudad se ajusta más a la personalidad humilde de Francisco y a su desdén por la pompa.
El Vaticano confirmó la asistencia de 164 delegaciones, entre ellas 54 jefes de Estado y 12 soberanos reinantes. El presidente francés, Emmanuel Macron, que también asistirá al funeral, fue uno de los que llegó a tiempo para dar el último adiós al papa.

Expresiones de respeto
Decenas de miles de personas esperaron durante horas en fila durante tres días para despedir a Francisco, que murió el lunes tras sufrir un derrame cerebral a los 88 años. La asistencia, superior a la prevista, llevó al Vaticano a ampliar el horario de apertura de la basílica durante la noche.
Angele Bilegue, una monja, fue una de las últimas personas en despedirse. Era la tercera vez que acudía a presentar sus respetos, incluida una vez dentro del Vaticano, en su residencia de Santa Marta Domus, donde dijo que pasó seis horas rezando ante su ataúd.
“Era mi amigo, así que fui una última vez para despedirme”, declaró. “Lloré”.
El cambio de guardia ante el féretro abierto de Francisco marcó el final del velorio del pontífice, que yacía vestido con una túnica roja, una mitra puntiaguda de obispo y un rosario entre las manos. Fue enterrado con sus zapatos negros, muy gastados y con marcas en la punta, símbolo de la vida sencilla que defendió.
El cardenal Kevin Farrell presidió el cierre y sellado del ataúd en su calidad de camarlengo, o administrador interino del Vaticano. Según las fotos difundidas por el Vaticano, un paño blanco fue colocado sobre el rostro del papa y se introdujo en el ataúd una bolsa con monedas acuñadas durante su papado, junto con un relato escrito de una página sobre su pontificado.
El relato, llamado rogito, resume toda su vida, desde su infancia en Argentina como hijo de padres de origen italiano, pasando por su sacerdocio y sus ascensos hasta arzobispo y cardenal en Buenos Aires, y finalmente papa. Destaca su “defensa de los inocentes”, sus encíclicas y también sus enfermedades.
“Era un pastor sencillo y muy querido en su archidiócesis, que viajaba mucho, incluso en metro y autobús”, indica el documento, que relataba su vida como arzobispo. “Vivía en un apartamento y preparaba la cena solo, para sentirse como una persona normal”.
“Nos volveremos a ver”
Las vecinas romanas y azafatas jubiladas Aurelia Ballarini y Francesca Codato acudieron el viernes a presentar sus respetos a Francisco con motivaciones muy diferentes. Ballarini, de 72 años, estaba asimilando su dolor, y Codato, de 78, buscaba el perdón.

Para Ballarini, la muerte del papa deja un vacío en su vida. Aunque solo era 16 años más joven que Francisco, lo consideraba una figura paterna. Todas las mañanas se conectaba a Facebook para leer su saludo diario y le respondía “con unas pocas palabras”.
“Lo dio todo, se entregó por completo, hasta el final”, dijo Ballarini. “He pasado los últimos dos días llorando. No me encontraba bien después de su fallecimiento, ni siquiera puedo decir la palabra. Para mí, se ha ido volando. Algún día nos volveremos a ver”.
Codato afirmó que se siente tremendamente culpable hacia Francisco, por haberlo abandonado por devoción a uno de sus predecesores, San Juan Pablo II. Cuando Francisco se convirtió en papa, “era un desconocido para mí”.
“Me siento culpable, porque a través de los videos que he visto estos días, he comprendido que era un hombre de enorme humanidad, cercano a la gente sencilla”, dijo. “Así que vine a pedir perdón, porque me siento culpable hacia él”.
Los cardenales “están en conversaciones”
El trabajo del cónclave para elegir un nuevo papa no comenzará hasta al menos el 5 de mayo, tras nueve días de luto público.
Los cardenales han ido llegando a Roma y 149 de ellos se reunieron este viernes por la mañana para discutir asuntos de la Iglesia. No volverán a reunirse hasta la próxima semana, lo que significa que es poco probable que se fije la fecha del cónclave hasta después del funeral.
El cardenal François-Xavier Bustillo, quien acogió a Francisco durante su último viaje papal a Córcega el año pasado, recordó a Francisco como “un hombre libre” que “humanizó la Iglesia sin desacralizarla”.

Describió el ambiente dentro de las reuniones como “bueno”, pero dijo que aún no estaban “en el punto de tomar decisiones; estamos en discusiones”.
El entierro papal
En consonancia con el apego de Francisco hacia los marginados, el Vaticano afirmó que un grupo de personas pobres y necesitadas se reunirá con el féretro del papa para rendirle homenaje cuando llegue a la basílica de Santa María la Mayor para su entierro el sábado. Ya se ha convertido en un lugar de peregrinación.
La tumba se está preparando detrás de una barrera de madera dentro de la basílica, que él eligió para estar cerca de un icono de la Virgen que veneraba y ante el que solía rezar. El entierro se llevará a cabo en privado, según informó el Vaticano.
Las fotos publicadas por el Vaticano este viernes muestran la lápida de mármol apoyada contra el pavimento, con el sencillo grabado en latín que él pidió en su última voluntad: “Franciscus”.
Los cardenales visitarán la basílica de Santa María la Mayor el domingo. Entrarán por la Puerta Santa, visitarán el icono Salus Populi Romani, muy querido por Francisco, y celebrarán las oraciones vespertinas, según informó el Vaticano.
Medidas de seguridad
Italia está desplegando más de 2,500 policías y 1,500 soldados para garantizar la seguridad durante el funeral, que se espera que reúna a unos 200,000 personas en la plaza de San Pedro y hasta 300,000 personas a lo largo de las 2.5 millas (4 kilómetros) del recorrido desde el Vaticano hasta el lugar de entierro del papa en Roma.
La importante operación de seguridad incluye el estacionamiento de un buque de guerra armado frente a la costa y la puesta en alerta de escuadrones de aviones de combate, según informaron los medios italianos.
Miembros de la realeza y líderes mundiales
La oficina de prensa del presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, confirmó previamente su presencia, pero él mismo dijo a los periodistas este viernes por la noche en el lugar de un reciente ataque con misiles que asistirá si el tiempo lo permite, dadas sus obligaciones en su país relacionadas con la guerra en curso.
Entre los demás dignatarios extranjeros en el funeral papal se encuentran: el primer ministro británico, Keir Starmer; el príncipe Guillermo; el rey Felipe VI y la reina Letizia de España; el primer ministro húngaro, Viktor Orbán y el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.