Las luces de la pista estaban apagadas, el sistema de alerta meteorológica no funcionaba y había una densa niebla en el aeropuerto de San Diego cuando un piloto que había volado a través del país tomó la decisión de continuar con el aterrizaje, pero se quedó corto y se estrelló contra un barrio, lo que provocó la muerte de los seis ocupantes del avión, informaron los investigadores este viernes. El investigador Dan Baker, de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, dijo que las autoridades trabajarán durante el próximo año para determinar qué causó el accidente del Cessna 550 Citation poco antes de las 4:00 am (hora local) del jueves. El jet transportaba a un ejecutivo musical y otras cinco personas. No hubo fallecidos en el barrio de viviendas de la Marina de Estados Unidos, pero ocho personas fueron atendidas por inhalación de humo y lesiones leves tras el accidente. El piloto reconoció que las condiciones meteorológicas para aterrizar en el pequeño aeropuerto no eran ideales y debatió la posibilidad de desviarse a otro aeropuerto, mientras discutía la visibilidad con un controlador aéreo de la torre de control regional de la Administración Federal de Aviación (FAA, en inglés), según el audio de la conversación publicado por LiveATC.net. La FAA había publicado un aviso oficial para los pilotos en el que indicaba que las luces no funcionaban, pero se desconoce si el piloto había presentado sobre eso. No mencionó el apagón a control de tráfico aéreo, pero era consciente de que el sistema de alerta meteorológica del aeropuerto no funcionaba. Al final, se oye al piloto decir que seguirá con el plan de aterrizar en el aeropuerto ejecutivo Montgomery-Gibbs. “No suena muy bien, pero lo intentaremos”, le comentó al controlador aéreo. El avión se estrelló a unas 2 millas (3.22 kilómetros) del aeropuerto. Baker explicó que una sobrecarga eléctrica había dejado fuera de servicio el sistema meteorológico del aeropuerto, pero que el piloto era consciente de la niebla y que un controlador aéreo le proporcionó información meteorológica desde la base aérea de Miramar, situada a unas 4 millas (6.44 kilómetros) al norte. Entre los fallecidos se encontraban el agente musical Dave Shapiro y dos empleadas de la agencia musical que había cofundado, Sound Talent Group, junto con el exbaterista de la banda de metal The Devil Wears Prada. Shapiro, de 42 años, tenía licencia de piloto y figuraba como propietario del avión. Entre los fallecidos están también Emma L. Huke, de 25 años, y Celina Marie Rose Kenyon, de 36 años. [Su hijo autista se rompió los dientes frontales en la escuela, pero nunca supo cómo. Ahora exige cámaras en las aulas] El accidente se suma a la larga lista de desastres aéreos de este año, mientras que las autoridades federales han tratado de tranquilizar a los viajeros al asegurarles que volar es el medio de transporte más seguro, algo que respaldan las estadísticas. El avión de Shapiro despegó de Teterboro, Nueva Jersey, cerca de Manhattan, alrededor de las 11:15 pm (hora del Este) del miércoles y realizó una parada para cargar combustible en Wichita, Kansas, antes de continuar hacia San Diego. Regresaba a la ciudad después de que una banda que representa, Pierce The Veil, tocara ante un público que agotó las entradas en el Madison Square Garden. Ese horario nocturno no estaría permitido para un avión comercial según las normas federales de descanso de la tripulación, pero esas normas no se aplican a los aviones privados. El subjefe del Departamento de Bomberos de San Diego, Dan Eddy, afirmó que la niebla era tan espesa por la mañana que “apenas se veía nada delante”. Jeff Guzzetti, ex investigador de accidentes de la NTSB y la FAA, afirmó que creía que la densa niebla y el cansancio del piloto tras volar toda la noche fueron factores probables en el accidente. [Este es el tiempo que pueden esperar los viajeros por Memorial Day] “Este accidente tiene todas las características de un intento clásico de aproximación a un aeropuerto en condiciones meteorológicas realmente adversas y con mala visibilidad”, dijo Guzzetti. “Había otros aeropuertos a los que la tripulación podría haber acudido”. Dijo que los pilotos están obligados a consultar los avisos de la FAA llamados Notices to Airmen (Avisos a los aviadores), que alertan a los pilotos de cualquier problema, como el apagado de las luces de la pista. “Es bastante fácil para el piloto obtener esa información y están obligados a hacerlo antes de cualquier vuelo”, afirmó Guzzetti. Es probable que el piloto también se diera cuenta de que las luces no funcionaban mientras descendía. Sin luces, el procedimiento dictaba que debía ascender y desviarse a otro aeropuerto, explicó Guzzetti. Se encontraron fragmentos del avión bajo unos cables eléctricos a media manzana de las viviendas. A continuación, perdió un ala en la carretera situada justo detrás de las viviendas. Guzzetti afirmó que, incluso si el avión no hubiera chocado con los cables eléctricos, podría haberse estrellado porque volaba demasiado bajo debido a la niebla. Un despertar aterrador El lugar del accidente muestra más daños en la parte delantera de las casas, incluyendo un muro de piedra destrozado y un camión incinerado que estaba aparcado al otro lado de la calle y que fue empujado contra la sala de la casa de su propietario antes de incendiarse. Ben McCarty y su esposa, que viven en la casa que fue golpeada, relataron que sintieron calor a su alrededor después de ser despertados por una explosión. “Todo lo que veía era fuego. El techo de la casa seguía en llamas. Se podía ver el cielo nocturno desde nuestro sala”, indicó McCarty, quien ha servido en la Marina durante 13 años, a la cadena local KGTV, afiliada a la ABC. Las llamas bloqueaban muchas de las salidas, por lo que tomaron a sus hijos y a sus perros y salieron corriendo por la parte trasera. Escombros en llamas bloqueaban la puerta, por lo que los vecinos les ayudaron a saltar la cerca para escapar. “Sacamos a los niños por encima de la cerca y luego yo salté. Trajeron una escalera y sacamos a los perros”, dijo McCarty. Mientras tanto, el combustible en llamas del avión rodaba por la manzana incendiándolo todo a su paso, desde árboles hasta contenedores de basura de plástico y coches. La casa de McCarty fue la única destruida, aunque otras 10 viviendas sufrieron daños, según las autoridades. McCarty declaró que a su familia le gustaba vivir bajo la trayectoria de vuelo para poder ver pasar los aviones. “Nos sentábamos con nuestros hijos en el portal de casa, mirábamos hacia arriba y mis hijos siempre se emocionaban diciendo: ‘¡Un avión, un avión!’ mientras los veían pasar. Irónicamente, justo donde estábamos sentados es donde se estrelló el avión”, comentó McCarty. Ahora quiere mudarse. “No voy a volver a vivir sobre ese corredor de vuelo, va a ser difícil dormir por las noches”, declaró. Pudo haber sido mucho peor Guzzetti indicó que, según su experiencia, no suele haber víctimas mortales en tierra cuando un avión se estrella en una zona residencial, a menos que haya personas justo en el lugar del impacto, como ocurrió en Philadelphia en enero. Al menos 100 residentes del barrio de San Diego fueron evacuados y las autoridades señalaron que no estaba claro cuándo sería seguro que la gente regresara. El accidente del jueves se produjo solo unas semanas después de que una avioneta se estrellara en un barrio de Simi Valley, al noroeste de Los Ángeles, lo que causó la muerte de las dos personas que viajaban a bordo y de un perro, pero sin dejar heridos en tierra. En octubre de 2021, un avión bimotor se estrelló en un suburbio de San Diego y causó la muerte del piloto y de un repartidor de UPS que se encontraba en tierra, y provocó el incendio de varias viviendas. Con información de The Associated Press